Secado del estampado
El secado del estampado y el curado de la tinta es uno de los procesos de impresión al que no se le suele prestar la atención debida y esto es un error, ya que es una de las condiciones que garantizan la calidad del trabajo final.
Consejos para el secado del estampado
El proceso del secado del estampado serigráfico depende del tipo de tintas que se utilicen, que se eligen de acuerdo al tipo de objeto a estampar y la calidad final requerida.
Las tintas al agua, generalmente denominadas lacas, son reticulantes y se secan por sí solas, sin necesidad de aplicar calor. Esta es la forma más sencilla de estampar, pues solamente se debe dejar la prenda estampada al aire durante un mínimo de 24 horas.
En los casos en que se requiera, es necesario el curado de la tinta, por el cual se aumenta la durabilidad del estampado serigráfico. Para ello, se debe esperar a que la tinta se seque y luego se procede a planchar la prenda con una plancha térmica.
El procedimiento es simple. Solo es necesario calentar la plancha hasta que alcance una temperatura de 160º a 180º aproximadamente, se coloca la prenda bien estirada sobre una superficie rígida, con el diseño hacia arriba, y se cubre con papel siliconado o transfer para que la plancha no esté en contacto directo con la tinta.
La parte siliconada del papel es la que debe estar en contacto con el diseño impreso. De esta forma se plancha, aplicando una presión media, durante unos 15 segundos.
Otra forma para curar los diseños después del secado del estampado es utilizar una plancha casera a máxima potencia, ejerciendo mucha presión sobre el diseño, teniendo en cuenta que nunca se debe utilizar una plancha que sea a vapor, pues puede arruinar la tinta. Así de simple.